7 de agosto de 2011

Cómo se determina, sin error, el valor numérico de la Belleza.

Hace días terminé de leer El hombre que calculaba, la historia fascinante de un calculista llamado Beremís. Este libro, que es una suerte de anecdotario sobre las aventuras de un calculista que sale favorecido y bien librado de muchos problemas y disyuntivas gracias a su comprensión de lo que nos rodea como un todo matemático. Una de esas anécdotas es la que quiero compartir con ustedes, y es sobre cómo la belleza también podría tener una razón matemática.

Todo comienza cuando un hombre le plantea al calculista una inquietud, y es que este hombre quiere pedir en matrimonio a una mujer a la que no puede ver, pero quiere saber si ella es hermosa o no, y pregunta a Beremís si es posible determinarlo sin observar a la mujer. Entonces el hombre que calculaba solo pidió a la mujer que midiera ciertas partes de su rostro para obtener así los datos necesarios para "la fórmula matemática de la belleza"

¿Es posible saber en qué consiste esa fórmula matemática de Belleza?
Nada más fácil. El calculista Beremís, explica una relación curiosa, de un modo elemental y simple.

Dada cierta magnitud AB (representada en este caso por un segmento de recta), podemos dividirla al medio, o en dos partes desiguales. La división en dos partes desiguales puede ser hecha, es claro, de una infinidad de maneras diferentes.


Entre las divisiones de AB en partes desiguales, ¿habrá alguna preferible a las otras?
- Sí –contesta el matemático-. Existe una manera “simpática” de dividir un todo en dos partes desiguales. Veamos en qué consiste esta forma de división.
Consideremos el segmento AB dividido en dos partes desiguales.
Admitamos que esas partes desiguales representen la siguiente relación:
“El segmento total es a la parte mayor, como la parte mayor es a la parte menor.”
La proposición es la siguiente:

segmento total : parte mayor = parte mayor : parte menor

Esa división corresponde a la forma simpática que pueden presentar las dos partes desiguales. Podemos formular la siguiente regla:
“Para que un todo dividido en dos partes desiguales parezca hermoso desde el punto de vista de la forma, debe presentar entre la parte menor y la mayor la misma relación que entre ésta y el todo.”
En el rostro femenino “matemáticamente” hermoso, la línea C de los ojos divide a la medida total AB, en media y extrema razón.
Hasta hoy no se consiguió descubrir la razón de ser o “por qué” de esa belleza. Los matemáticos, que llevaran hasta muy lejos sus estudios y observaciones, exponen varios y curiosos ejemplos que constituyen elocuentes demostraciones para el principio de esa división que los romanos llamaban “divina proporción” o “división áurea”.
Podemos llamarla también división en media y extrema razón.
Es fácil observar que el título puesto por el calígrafo en la primera página de una obra divide, en general, la medida total del libro en media y extrema razón.

La división áurea es observada, con admirable nitidez, en las fachadas de los edificios que se distinguen por la perfección de sus líneas arquitectónicas. El famoso “panteón” de París, representado en la figura, es un ejemplo notable. Siendo AB la altura del monumento, el “punto de oro” se destaca de manera inconfundible; es el punto C por el que pasa, ya sea la línea de la base del frontispicio, o el plano que corta la base de la cúpula.
Lo mismo sucede con la línea de los ojos, que divide, en las personas bien proporcionadas, la medida total del rostro en media y extrema razón. Se observa también la divina proporción en las partes en que las falanges dividen los dedos de la mano. La división en media y extrema razón se puede hallar también en la Música, en la Pintura, en la Escultura y en la Arquitectura.
En la división áurea la relación entre el todo y la parte mayor, es igual, más o menos, a:
esto es siempre,
809 / 500

En las líneas principales del rostro femenino “matemáticamente hermoso” resulta constante aquella relación.


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Tomado de: El Hombre que Calculaba, de Malba Tahan. 
Otros enlaces relacionados con el número de oro y la proporción áurea:

27 de julio de 2011

3 minutos y 14 segundos

Para los que piden ejemplos, de cómo en la vida, Todo tiene que ver con Todo.
Tengan paciencia y pongan a cargar el video un rato... Saludos

26 de julio de 2011

Trigonometría y Astronomía

El estudio de la trigonometría es muy interesante. Sus primeras aplicaciones fueron en el ámbito de la astronomía, la navegación y la geodesia; casos en los que no es posible hacer mediciones de manera directa o donde las distancias son inaccesibles, como la distancia de la Tierra a la Luna o la medida del radio del Sol.

Historia y Didáctica de la Trigonometría. F. Flores Gil


En esta oportunidad trataremos brevemente una aplicación de la trigonometría a la astronomía, llamada paralelaje trigonométrico.

A diferencia de las otras ciencias, la astronomía es enteramente observacional. No se pueden llevar a cabo experimentos sobre las cosas. No se pueden manipular los objetos para ver cómo funcionan. Con el fin de comparar los objetos que se ven desde la Tierra, primero se debe conocer cuan lejos están. Obviamente, usted no puede usar una cinta métrica o enviar naves espaciales a las estrellas y medir la distancia que recorrieron. El Rebote de radar de la superficie de las estrellas no funciona porque: (1) estrellas son bolas de gas caliente que brillan intensamente y tienen una superficie sólida para reflejar el haz del radar hacia atrás y (2) la señal del radar que tomaría años para llegar a sólo las estrellas más cercanas. 

La forma preferida para medir grandes distancias es una técnica utilizada hace miles de años: mirar algo desde dos puntos de vista diferentes y determinar su distancia con la trigonometría. El objeto parece cambiar de posición en comparación con el fondo lejano, el día en que usted lo mira desde dos puntos de vista diferentes. El desplazamiento angular, llamado paralaje, es un ángulo de un triángulo y la distancia entre los dos puntos de vista es uno de los lados del triángulo. Relaciones trigonométricas básicas entre las longitudes de los lados de un triángulo y sus ángulos se utilizan para calcular las longitudes de todos los lados del triángulo. Este método se llama paralaje trigonométrico. 
http://es.wikipedia.org/wiki/Archivo:Paralaje.png
Extraido de:
(1) Historia y Didáctica de la Trigonometría. Francisco Flores Gil. 2008
(2) Notas de Astronomía de Nick Strobel. Visiten su sitio en www.astronomynotes.com para la versión actualizada y corregida.